Articulo tomado de la Revista Dinero.
Análisis sobre un sector que facturará cerca de $1 billón al finalizar este año y que hoy es el testigo de los grandes negocios que se hacen en el país.
Colombia es un país de abogados. Se calcula que existen cerca de 280.000 tarjetas profesionales expedidas, aunque no hay quien tenga una estadística real que permita medir cuántas de ellas están activas. Es tal la ‘lluvia’ de estos profesionales, que somos el segundo país del mundo con más abogados por cada cien mil habitantes (354), después de Costa Rica (386), según el Centro de Estudios de Justicia de las Américas.
Lo cierto es que, en un mercado con amplia oferta de abogados que actúan de manera individual o en el sector público y real, sobresale una arista que permite ‘tomarle la temperatura’ al negocio legal en el país: los bufetes o despachos, que representan un mínimo porcentaje del mundo de la justicia.
Los resultados de un sondeo realizado por Revista Dinero con una muestra de 103 firmas del mercado legal colombiano dan cuenta de un total de 2.093 juristas ubicados en distintas firmas que están detrás de los grandes negocios que se hacen a diario. También se constató que en el total de bufetes estudiados existen 379 socios, para un promedio de cuatro por empresa y cerca de ocho áreas de práctica por despacho.
En cantidad de asociados o empleados, las cinco primeras firmas llegan a 567 miembros, cifra que sigue mostrando que este mercado está concentrado, a juzgar por los tamaños de las compañías.
Vale anotar que la transición de asociado a socio es un voto de confianza que depositan los propietarios de los bufetes a sus profesionales. Se trata de uno de los mayores honores que puede recibir un abogado de estas firmas, si se considera que es una manera de decirle a la persona que parte del negocio está en sus manos y que su nombre es muy importante para fortalecer la firma.
Aunque aún estamos lejos de economías más desarrolladas en las que el número de abogados por firma puede llegar a mil asociados, se destaca la conformación de verdaderos ‘ejércitos’ de juristas: el bufete más grande cuenta con más de 150 asociados o empleados,cifra impensable hace más de diez años en una economía como la nuestra.
Del total de 103 bufetes consultados, 69 hicieron públicos sus ingresos, que sumaron $683.901 millones en 2015. A pesar de las señales de desaceleración de la economía y del mal momento que viven sectores como minería e hidrocarburos, la actividad de asesoría legal mantiene su dinámica por un mayor número de pleitos, pero también por operaciones en el mundo de los negocios que las llevarán a mantener sus ritmos de crecimiento.
Adicionalmente, cuando las cosas no van tan bien, siempre hay abogados que acompañan estos procesos. Por citar un ejemplo, al 30 de junio pasado ya se cuentan 59 liquidaciones de empresas y 113 reorganizaciones empresariales, de acuerdo con un informe de la Superintendencia de Sociedades.
Los más grandes y representativos bufetes están en este ranking de las 30 primeras firmas, que representan 88,29% de los ingresos totales de lo que se mueve cada año, de acuerdo con la muestra. Esto en ‘plata blanca’ significa que se trata de una actividad en donde el número de grandes jugadores no supera las diez firmas, cuyos nombres resuenan en el sector: Brigard & Urrutia, Baker & Mckenzie, Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU); Posse Herrera Ruiz, Gómez-Pinzón Zuleta Abogados y Lloreda Camacho, son algunas de ellas.
La tendencia de las grandes es a consolidar alianzas con bufetes internacionales, aunque los socios principales de estas firmas consideran que hay que analizar con lupa este tipo de posibilidades. Si bien un buen socio externo puede apalancar el crecimiento de una compañía de este tipo, no se trata de una fórmula mágica para garantizar la perdurabilidad de este tipo de organizaciones, en las que las buenas relaciones, conocimiento del mercado y del sector y la buena reputación son factores claves para su consolidación.
Muchas de ellas actúan en solitario y otras de la mano de aliados internacionales que facilitan una mayor participación en el mercado. Sin embargo, es claro que en el mercado legal el buen desempeño no se mide por tamaño, ya que la naturaleza de cada bufete es única: hay firmas que prefieren actuar como verdaderos ‘supermercados jurídicos’ y ofrecer todos los servicios, y otras se constituyen como firmas de nicho, que también son reconocidas por su especialidad. En ese sentido, este ejercicio es de carácter inclusivo y busca presentar un mapa de lo que sucede en el mercado legal
Si bien no hacen parte de la muestra de estudio, las denominadas big four o firmas correspondientes al sector de auditoría y consultoría son actores importantes en el negocio legal; entre las cuatro más reconocidas, como son Ernst & Young (EY), Deloitte, KPMG y Pricewaterhouse (PwC), totalizan ingresos por $710.000 millones.
En el sondeo también se detectó que la capital del país es el gran epicentro de los bufetes de abogados. Si bien varios de ellos están incursionando en otras regiones del país, es claro que Bogotá, con 91,26% de las firmas, es la ciudad sede de estas compañías. Otras ciudades representan 8,74%.
También resulta llamativo que, pese a recientes procesos de alianzas y fusiones con firmas internacionales, 90,29% de los bufetes sean de origen nacional, lo que muestra que, a pesar de la ‘sangre foránea’ que entra a las compañías, la mayoría de ellas son criollas.
En ese sentido, socios principales de algunos bufetes nacionales de gran tamaño (no menos de 100 asociados) manifiestan sentirse cómodos trabajando sin alianzas internacionales, aunque no descartan la posibilidad de una si el mercado así lo exige. O también de que se empiecen a dar procesos de consolidación en el mercado local.
La tradición promedio de estos despachos es de 10 a 20 años en el mercado. Las firmas más grandes superan los 30 años y las más veteranas llegan a los 80 años de trayectoria.
Supermercados o despachos ‘boutique’
El ejercicio realizado con las 103 firmas de abogados consultadas muestra que hay varias tendencias en el mercado jurídico nacional: la conformación de bufetes más grandes en la medida en que se incorporan nuevas áreas de práctica y se realizan alianzas, así como operaciones de fusiones y/o adquisiciones para lograr una mayor participación en el mercado.
Sin embargo, mientras los bufetes más grandes se fortalecen, hay otras firmas que prefieren especializarse o no diversificarse demasiado.
En ese sentido, en el mercado hay diversas opciones que van desde la multiplicidad de áreas de práctica hasta la ‘hiperespecialización’.
En un país como Colombia los conflictos laborales están en el orden del día y por ello esta es el área de práctica que más se repite (47% de las firmas que respondieron el sondeo).
Otras áreas que aparecen con frecuencia son: litigios, fusiones y adquisiciones, competencia, derecho minero, impuestos, derecho inmobiliario, sector financiero, telecomunicaciones, asuntos portuarios, gestión patrimonial, migración, derecho societario, seguros y reaseguros, gobierno corporativo, regulación de valores y contratación estatal. Infraestructura es una especialidad relativamente nueva.
También sobresalen áreas de práctica atípicas como energías renovables, variedades vegetales, venture capital, startups e, incluso, litigios en transporte, derecho deportivo, marítimo y accidentes de tránsito.
La tendencia mundial apunta a crear cada vez áreas de práctica más especializadas. Y tiene sentido: a mayor sofisticación de los negocios se hace necesario contar con una asesoría legal a la medida. El mercado es tan sabio que es el que define qué especializaciones nuevas se deben incorporar en las organizaciones y cuáles están en desuso e, incluso, cuáles pueden ser fusionadas con otras.
También hay otras en donde en Colombia la dinámica es muy alta, como la constitucionalidad de las decisiones Exmagistrados como Manuel José Cepeda, Eduardo Cifuentes, José Gregorio Hernández y Juan Carlos Henao, son algunos de los más reconocidos.
La buena educación
La cambiante normatividad, nuevas reglas de juego, incursión en mercados cada vez más globales y la necesidad de no ser un ente ajeno al contexto económico de sus clientes hacen cada vez más necesaria la ejecución de maestrías internacionales.
No se trata solo de especializaciones o maestrías locales. Por eso, el LLM (Legum Magíster o Master of Laws) permite a los profesionales del Derecho contar con un conocimiento especializado de la variedad de sistemas legales en el mundo. Por eso Estados Unidos e Inglaterra son dos de los destinos preferidos para adelantar estos estudios.
De los 2.093 abogados que hicieron parte de la muestra, 465 cuentan con un LLM (22%). Según el sondeo realizado en 103 bufetes de abogados, las universidades en donde estos asociados han realizado su LLM son: New York University, Harvard, Oxford, Columbia, Universidad de Beijing, Universidad Carlos III de Madrid y Boston University Law School.
La firma bogotana Gómez-Pinzón Zuleta, con 26%, es la que cuenta con mayor número de profesionales con LLM versus la cantidad de abogados: de los 131 juristas de la firma, 34 tienen estudios en el exterior. En el caso de Brigard & Urrutia es 25%; para Baker & Mckenzie es de 24%; en PPU, de 21% y en Posse Herrera Ruiz, de 18%.
En el ámbito local, universidades como el Externado, los Andes, Javeriana, Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, Eafit y Uninorte son algunas de las que predominan, de acuerdo con el sondeo.
En el mismo sentido, la mayoría de los árbitros del Estado pertenecen a la Universidad de El Rosario. Le siguen la Universidad Externado de Colombia y la Universidad Javeriana, de acuerdo con la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado.
Según el Observatorio Laboral para la Educación, el número de egresados en pregrado de Derecho llegó a 57.601 personas a 2014. También señala que el salario de ‘enganche’ para un recién egresado es de $2’208.300.
Lo llamativo es que, de acuerdo con los especialistas, en cinco años el país tendrá 70% más abogados con respecto a los que ejercen hoy.